(Versos alejandrinos)
Alojada habitando tu corazón amado,
busqué tu fortaleza pujante y decidida.
En actitud amable, templada y redimida,
me proteges a diario. La angustia no he rozado.
Transformaste mis días en feliz primavera,
brindando tu caricia, robando mi inocencia.
Te miro en el instante, gigantesca presencia
perfumando las horas, desnudándome entera.
No temo las maldades. No siento la arrogancia
De la muerte que ronda por todas las calzadas.
Aferrada a tus brazos. Castillo de abundancia.
Luminosas estrellas a tu muro adosadas.
Aspiro la certeza con toda la fragancia
porque al Amor se funden caricias anheladas .
AMALIA LATEANO