Es hora de las flores, del mensaje de aliento,
de la luz azabache, de la lluvia y estrellas.
Es hora de los mares, de la senda con huellas,
del infinito cielo de tu amor: El momento…
Es pronto lo improbable con suspiro del viento,
de perfumes rosados, que me traen centellas.
Raudo por accesible del recuerdo: Querellas.
Al pensar en tus ojos... Es el dulce tormento.
Atrás de las pupilas, se me fue de la mano...
Fue obstinada tormenta que llevara lo puro.
Escapó la alegría como triste egoísmo.
Un ángel sin las alas me enfrentó ese verano.
Por esferas celestes, en Pegaso... Un conjuro.
Me arrebató la vida, por dolor, el abismo...
Amalia Lateano
2/11/2013