Espero ansiosa
la hora del regreso.
para dar lo que el invierno quita
con sus transparencias del averno.
La maldad se apoderó del mundo.
Nadie nos cuida. Todo se esfuma
en negruras de voces. Voces furibundas.
Tienen olor fétido, se estiran en exceso
acucian el deseo entre los muros
Todo perdió brillo
son como retazos
de un afiche
de poseso.-
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