Ninguna fueron horas
malgastadas
si siempre caminé, por
si estuvieras...
Incluso las presentes,
si pudieras
volver con flores
rojas renovadas.
¡Están los ruiseñores,
ya los vieras
beber el agua clara de
la fuente!
Antojan gemas suaves del torrente
sembradas de
diamantes, si existieras...
Rencores de tristura
en el presente
escondo tras mi llanto
en el olvido.
Suturan mis heridas,
el sonido
de pasos tan perdidos
con la gente.
Decirte de las aves
sin sentido...
¡Mentirme tormentosa,
si has partido!
Amalia Lateano
2 comentarios:
No hay dolor en la inexistencia
salvo para los que quedan.
Un saludo
Gracias mi estimada poeta y amiga- ùedo llamerte así- por dejar la cálida huella de tu paso por mis versos y en ellos, tus amables apreciaciones.
Un abrazo
Amalia
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