Al
pintar en un lienzo tan amargos dolores,
de vida abandonada subsumida en bondades.
Yacen
semidormidas, entre crudas verdades.
¿Será
Higeia poderosa del orgullo en albores?
Se
esfumaron en vida, por clamor, estertores...
Murmullos
que al oído me cantaban piedades.
Cayeron en pedazos, crudas...Malas edades.
Gemidos
de los lentos, de los tristes clamores.
El
color que del rostro fue de mágico halo
por
la vida exultante, es ahora un quebranto.
El aliento soñado despertó la secreta
unión
de vida y muerte, entre blanca loseta
Pretenciosa
asonancia que se deja en el llanto.
Apenas
un murmullo, un segundo intervalo.
Amalia Lateano
03 /11/2013
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