Como la hiedra sola en la penumbra
-variados verdinegros-
le surge la esperanza
en el río morado,
en el latir prendido
del farol de la esquina
con olor a laureles,
que con su luz cansina nos alumbra.
Entre besos la noche se dormita.
No se escuchan los ecos
No aparece la luna.
Enmudece la sangre.
Solloza una guitarra.
Se pierden los rincones
penas enmohecidas.
Acaso hasta mi llanto lo transita…
-variados verdinegros-
le surge la esperanza
en el río morado,
en el latir prendido
del farol de la esquina
con olor a laureles,
que con su luz cansina nos alumbra.
Entre besos la noche se dormita.
No se escuchan los ecos
No aparece la luna.
Enmudece la sangre.
Solloza una guitarra.
Se pierden los rincones
penas enmohecidas.
Acaso hasta mi llanto lo transita…
Amalia Lateano